La necesidad de contar con fondos públicos suficientes que permitan asegurar respuestas adecuadas ante la amenaza del COVID-19 trajo una reorientación del gasto público con el objetivo de fortalecer el sistema de salud y la economía provincial. En ese contexto y, considerando además las medidas de aislamiento decretadas a nivel nacional y local, la Auditoría General de la Provincia modificó sus planes y actividades programadas para contribuir, desde la función de control, a superar la crisis derivada de esta pandemia.
La pandemia mundial afecta a todos y también a la AGPS y sus responsabilidades. Nuestro organismo tiene una obligación de naturaleza constitucional y para cumplir ese mandato se tuvo que adaptar el Plan de Acción 2020 para estar a la altura de la circunstancia, y seguir asegurando a los ciudadanos el control del uso de los recursos públicos. El gran desafío que tienen los auditores es cambiar el modo de llevar adelante sus acciones y ver en qué momento y cómo los organismos de fiscalización participamos del control en la emergencia.
En esta situación de emergencia sanitaria existen dificultades de acceso a la información, muchos organismos públicos están con guardias mínimas y con tareas afectadas por el cumplimiento de la cuarentena obligatoria. Así, resulta muy importante que las instancias de fiscalización y auditoría se mantengan en constante coordinación con los entes contratantes, para mantener un control efectivo, tanto del presupuesto como de los bienes y servicios adquiridos.
Hoy, la Auditoría General de la Provincia, se encuentra adaptando procedimientos que son claves para nuestro trabajo de control: iniciar el trámite, planificar la auditoría, construir el proyecto de informe, aprobarlo y comunicarlo. Casi todo eso se trabaja de manera virtual.
El funcionamiento de los sistemas informáticos facilita y permite la tarea remota, y todo demuestra que había capacidades y fortalezas preexistentes que es necesario reconocer.
Desde la AGPS consideramos que gestionar lo público en los próximos años va requerir un conjunto de energías, destrezas y habilidades sin antecedentes. En este contexto, la pandemia abre una ventana de oportunidad no solo para revalorizar el rol del Estado sino también para fortalecer sus capacidades, de manera tal de estar en sintonía con los nuevos desafíos y exigencias ciudadanas. En esta crisis generada por el COVID19, el Estado se está configurando de una manera diferente ante la ciudadanía, está cambiando el modo de llevar adelante sus acciones y esto hace que el control público sea indispensable, y nos exige un nuevo enfoque en nuestros planes de acción, para afrontar no solo esta crisis, sino también el futuro.
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